viernes, 28 de mayo de 2010

44º- Fechas señaladas

Se me fue el santo al cielo y no te felicité el cumpleaños. ¿Cuántos cumpliste? Lo siento, perdóname la indiscreción. Ya me conoces, disperso, impertinente, no caigo en que hay gente a la que le molesta aparentar más edad de la que tiene, o menos, no es mi caso, padezco síndrome de Peter Pan, no envejezco aunque no haga nada por evitarlo, ojalá pudiera decir lo mismo de ti. Cuando pregunto la edad a alguien me tienta, una vez que me ha respondido, soltar una frase hecha del tipo “si es que ya van para arriba” o “en poco tiempo de cogen”, frases que siempre se escuchan en boca de los padres cuando un conocido suyo nos señala y advierten que retenían una imagen de nosotros paseados en un carrito de bebé, y que esa imagen ha quedado atrasada, que tienen que renovarla y que el paso del tiempo es irremediable. No quiero andarme por las ramas, decía que disfruto de la eterna juventud, pero los barman me exigen carnet de identidad, para las muchachas soy o mayor como certifica mi partida de nacimiento o un efebo por despuntar cuando estoy descansado y sin ojeras, y afeitado, permanecer idéntico pese a los reveses que nos afligen consta de un reverso, aunque en general abunda lo beneficioso.

Vuelvo a disipar la narración, ¿No fue Elías Canetti quien dejó escrito que el discurso de los disgregados nunca suena real porque la función que otorgan a las palabras es la de tener una excusa para abrir la boca? Lo que me conduce a confesarte que puede que te regale un ensayo de Canetti. No tendría la desfachatez de entregarte una novela de vikingos intergalácticos, el que regala imprime su firma en el presente, y mi firma ha de ser provocadora, siempre y cuando recuerde que te debo un regalo.

Y es que me hago un lío con las fechas. Compré una agenda electrónica para que me diera el aviso de los santos (no comulgo con esa creencia, al menos la respeto), de los cumpleaños (¿te hicieron un pastel, soplaste las velas, lograste apagarlas todas de una sentada?) y de los velatorios (es estúpido que se den misas bianuales o quinquenales por la memoria de un muerto, no logran reavivar el recuerdo, consiste en tragar un sacramento y repetir la ceremonia del pésame a los allegados), pero sabes que soy duro de oído, que me abstraigo con facilidad al ruido de fondo. No más contarte que he llegado a felicitar un aniversario de bodas tres veces el mismo año, por cierto, ¿cuándo quedará convenido que también se brinde por los divorcios? De momento prefiero despedirme, te tengo presente en mis oraciones. No te preocupes, que olvide que has recortado otros 365 días de tu vida no significa que me olvide de ti, las personas pueden ser fechas a tachar en un calendario, regalos estándar, colonias, pendientes, relojes de imitación, que cumplen las veces de valor de cambio con el que mantener a flote una relación esporádica, pero las fechas son números y demasiados números hemos de procesar como para incluir a las personas en una base de datos. Fíjate si me coges a contrapié que juraría que tu nombre es Sara. En cualquier caso, disfruta, alza la copa y cent'anni.

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