sábado, 6 de febrero de 2010

8º- Espera


Estamos habituados a esperar. Esperamos cuando en un restauramente el camarero se demora en traer el filete que le recalcamos al pedir, debía estar muy pasado, esperas, tal y como aconsejaba Josep Pla prendiendo un fósforo y calentando el extremo del cigarrillo por dar visibilidad a la palabra en un proceso de escritura colapsado, esperan a que la tormenta amaine y les sea posible llevar a puerto la excursión al cause del Genil este fin de semana. Esperar en definitiva, es señal de que la cosa no marcha, en el imaginario general una espera equivale a un tiempo perdido, un concepto que en apariencia resulta negativo.
Por motivos, que no viene al tema, he esperado pacientemente, dando palos de ciego, sufriendo de ansiedades. He esperado mi momento, que los astros sean propicios, aunque reconozco que las esperas no son incondicionales, y que a veces lo que se espera pasa de largo.
Ahora mismo estoy a la espera de una confirmación, o de que se me anuncien los peores augurios, o ninguna de las dos alternativas, y si a eso le añadimos que soy de natural taciturno y unos trastornos del sueño regados por continuas dosis de cafeína, no me tengo en mí. Esta es polo dañino de la espera, que te tiene a expensas de algo que escapa a tu voluntad, claro que puedes intervenir, editar la circunstancia aun a riesgo de que el trastorno de las velocidades produzca un cortocircuito.
Intento convencerme en que en la espera hay provecho, cambiar la ruta y en lugar de ir al Genil elegir un paraje mediterráneo, reducir la dieta de carnes y optar por una ensalada a expensas del cariacontecido camarero, o decirme que no tenga en cuenta los encuentros casuales, que unas gotas esporádicas no hacen lago, y que debo de dormir porque así lo mandan los preceptos médicos que atienden a una inmejorable salud en sus pacientes.
Pero yo no soy paciente, me mantengo sano pese a que espero, y reflexiono sobre aquel al que una lámpara de genio le sacia los apetitos de inmediato los desea. En ingles americanizado diría: what´s the point?. Estoy de enhorabuena, del bolsillo del pantalón saco un motivo que me permitirá prorrogar la espera en infinito, espero sólo por lo que creo que merece la pena.

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